lunes, 11 de agosto de 2008

Compañías de bajo costo en Estados Unidos

Hace unos años, gran parte de las grandes aerolineas de Estados Unidos trataron, a su manera de copiar a Southwest: Continental Lite, Delta Express, Metrojet, Shuttle by United, fueron los nombres elegidos. Hoy sólo restan en unos pocos aviones que todavía no han sido repintados, o «descansan» en el desierto de Arizona a la espera de ser convertidos en chatarra.



Sin embargo, tras el 11-S, y el creciente éxito de Jetbiue, algunas se han atrevido a volver a intentarlo. Así, Delta lanzó Song y United, Ted. Se cuenta que Herb Kelleher, fundador de la compañía, solía contar a sus amigos un chiste de una sola palabra: Metrojet. Hoy, son los mismos empleados de United, muchos de ellos propietarios de la aerolínea, los que cuentan su propio chiste: «Ted: United sin ti y sin mí (United without U 'n I)».



Cuales son las principales compañías de bajo costo en Estados Unidos



Sin embargo, parece que la nueva generación de aerolíneas de bajo coste filiales de las grandes, centradas en destinos turísticos dentro de Estados Unidos, tras los atentados del 11-S y la debacle económica, han logrado empezar a hacerse su sitio en el mercado, aunque todavía están lejos, y no sólo por su reciente creación, de poder anunciar 31 años consecutivos de beneficios como ha hecho Southwest, que comenzó a operar en 1971.

Unos resultados bastante buenos para una compañía que no ofrece tarifas de ida y vuelta, y cuyo servicio de comidas a bordo consiste en cacahuetes, pretzels y similares y bebidas no alcohólicas (las alcohólicas como cerveza o vino se pagan a parte). Según Southwest. En 2003, en sus aviones se sirvieron 52,6 millones de latas de bebida, 8,7 millones de bebidas alcohólicas, 3 millones de bolsas de pretzels, 85 millones de bolsas de cacahuetes y 31,7 millones de bolsas de otros aperitivos.



Resulta así curioso como la mayoría de las aerolíneas de bajo costo en Europa, que tanto presumen de copiar a Southwest, sin embargo han optado en su mayoría por cobrar todo tipo de bebida y aperitivo a sus pasajeros. Eso sí, una de las compañías de costes bajos descubrió rápidamente que le resultaba más caro llevar la contabilidad de los bocadillos y bebidas vendidas que pagarlas al servicio de catering y ofrecerlas gratis a los pasajeros.